C
Es innegable que un día
se desató el diluvio universal
sobre la tierra apestada de errabundos.
-De cada especie una pareja-
Le dio la orden Dios a su profeta-
y él cumplió a cabalidad aquel mandato.
Fue por eso que cuando nos disponíamos
a abordar la barca fuimos devueltos,
adentro estaban dos representantes
de nuestro género taxonómico.
Buscamos refugio en las partes altas,
pero llovía y el agua ascendió hasta
los elevados picos de la cordillera.
A lo lejos veíamos las luces del Arca de Noé
mientras empapados por el castigo
nos abrazábamos a los cuerpos casi congelados.
No podemos negar aquel diluvio
porque han excavado y nos encontraron:
Tu boca en mi boca,
tus brazos enlazados a los míos,
muertos por agua
y aún muy bien conservados
nuestros fósiles, amándose.
Es innegable que un día
se desató el diluvio universal
sobre la tierra apestada de errabundos.
-De cada especie una pareja-
Le dio la orden Dios a su profeta-
y él cumplió a cabalidad aquel mandato.
Fue por eso que cuando nos disponíamos
a abordar la barca fuimos devueltos,
adentro estaban dos representantes
de nuestro género taxonómico.
Buscamos refugio en las partes altas,
pero llovía y el agua ascendió hasta
los elevados picos de la cordillera.
A lo lejos veíamos las luces del Arca de Noé
mientras empapados por el castigo
nos abrazábamos a los cuerpos casi congelados.
No podemos negar aquel diluvio
porque han excavado y nos encontraron:
Tu boca en mi boca,
tus brazos enlazados a los míos,
muertos por agua
y aún muy bien conservados
nuestros fósiles, amándose.