viernes, noviembre 27, 2009

LOA A LA DIFERENCIA


El poeta escribe versos – es lo único que le queda-
Mientras observa con impotencia
Las siluetas ardiendo en el croquis del mundo
Albeiro Arias – Desheredado del paraíso-

Ya el individuo no existe, sólo la diferencia. Si me invitas a caminar entrégame la alforja con las tuyas. Sólo quiero saber que vos y yo no dejaremos que nos ahogue el tsunami del horror. No me prometas nada, convéncete más bien que lucharás por tus ideas, haré de mi mano fortaleza para pelear por ti y por ellas. ¿Sabes cuándo mueren los hombres? Cuando renuncian a sus ideas, cuando dejan que el germen letal de los horrores carcoma sus caminos, cuando le presta al mundo del valor fugaz sus ideales. Cuenta conmigo para esculpir ilusiones sobre las piedras, para tatuar sueños, para acobijar al hambriento, para albergar una esperanza, para hacer del olvido un breve recuerdo, para componer una sinfonía de los lamentos. Cuenta conmigo para sumar y construir, los otros restan y destruyen. No grites a mi oído, guarda tu fuerza para ensordecer tiranos, conmigo dialoga, sabré escuchar y si alguna vez soy sordo a tus quejidos, recuérdame que soy tu hermano.

Tengo dos manos, multiplícalas y no le pongas precio, más vale una caricia en el momento del combate que mil abrazos consolando la derrota. Estoy aquí, me hago presente, soy uno más sin mi verdad a flote, porque si de algo estoy convencido es que la suma de mil noches ajenas construye el día verdadero. El enemigo ya cimentó su nido, no me quieras bajar del árbol que cosecha las utopías con que alimentamos el dolor que nos convoca. Hazte a mi lado, camina cuerpo a cuerpo, pelea con mis armas que son palabras, te ofrezco verbos sublimes para que enfrentes a los enemigos de la esperanza. No le temas a la noche, la oscuridad no es la villana, recuerda que la verdad no es una sola, ella suele tener mil rostros.

Amigo mío, iluso transeúnte del asfalto, montes y cordilleras, nuestras madre es una sola y lleva por apellido utopía, no renunciaré a ti, pero si quieres al fragor de la batalla, abandonar tu esquina, no importa, sólo guarda una esquirla de estos días, para contarle a la multitud que olvida, que en estas breves intemperies de la historia, tú y yo no encontramos aliados bajo el arco iris de las posibilidades, a construir un nuevo mundo, una nueva forma de compartir nuestras victorias y derrotas, sabiendo que el triunfo nos acecha en la vera de cualquier sendero. No quiero renunciar a andar contigo porque así el camino se hace más corto y menos cruenta la batalla. Nunca olvides quién es tu enemigo, nuestro enemigo en común, sólo soy para ti la diferencia.
PSDT: Un saludo especial a Francisco Cenamor, por mencionarme en su Asamblea de palabras