Tiempo
después volvieron
Y
el sonido de los cascos
Se
ocultaba en sus fauces de acero.
Los
Pijaos eran el rumor de una leyenda
Y
en donde se levantaban casuchas de hierba
Encontraron
vestigios de una historia.
Volvieron
por el sueño del Dorado
Que
sus antiguos ancestros ambicionaron,
Sólo
que entonces no tenían
Brújulas
conectadas con el cielo.
Volvieron
con nuevos espejos
Cachivaches
del mercado de las ignominias humanas,
Con
el sello de la miseria de los pueblos.
Quisieron
cambiarnos las entrañas de la tierra
Por
mentiras adornadas en promesas,
Quisieron
erradicar nuestra mirada
Atando
a sus máquinas celestes
El
espíritu del agua de nuestras cordilleras.
Volvieron
ansiosos con sus balanzas,
Sus
artilugios, sus pocetas químicas, su avaricia.
Volvieron
pero nunca calcularon
Que
el espíritu de nuestra fuerza no había muerto.
Volvieron,
pero ayer los vi expulsados,
Y
mientras huían, de azul se teñía el cielo.