Un par de caracoles blancos
Anidaron en tu pecho
Desde donde la rosa roja
Se desgajaba en silencio.
Tu cuerpo, alto muro
Por donde se cuela la lluvia
Aletea en medio de la noche
Calurosa y profunda.
De lejos sigo siendo
El desesperado,
Ausente entre las sombras.
Y tú, silenciosa abeja
Alumbras por instantes mi penumbra.
Caracoles,
Rosas,
Lluvia,
Noche,
Abeja…
Todo hace parte de un inventario