Cuando regreses
No olvides los recuerdos
Que duermen acurrucados en tu mirada
Desde el lento sopor de aquel amanecer.
Empaca, entre tus cosas, las despedidas,
Siempre son necesarias para el viaje.
Guarda en el bolsillo de tu chaqueta
El leve roce a media noche,
La caricia sutil de las palabras
Y el beso en la mejilla.
Llévate un pedazo de esa sonrisa
Disimulada tras los espejos
Y el parpadeo fugaz de los deseos.
Guarda bien las evocaciones,
Valen para sobrevivir en esos días
Cuando el mundo se desgaja lentamente
Y la fiebre de vivir frunce tu sueño.
Cuando regreses
No olvides los recuerdos del placentero viaje;
En una esquina, la más oculta de ellos,
Duermo soñando tu regreso.