EL CASO DE ROGELIO CHART

Nota de entrada: A mis amigos lectores, aquellos con los que hemos compartido lecturas y conversaciones durante cerca de 3 años interactuando en el mundo de la blogosfera, les comparto el caso de Rogelio Chart (Y de paso mis angustias). Debo advertirles que tratando de encontrar razón lógica al mismo se me han ido estos últimos meses, sin avanzar mucho. Debido a estos oficios exploratorios se debe en gran parte la disminución en mis post y las pocas visitas a sus sitios. Ahora dejo aquí el caso, esperando que sus aportes me ayuden a resolver en algo los misterios que lo rodean, o al menos pueda aislarme de ellos para no rayar los límites de la locura.

I

Nota hallada entre los papeles de un viejo escritorio en mi oficina (más o menos en Noviembre de 2008). El papel estaba muy deteriorado y con rastros de polilla.

¿En qué momento había empezado todo? Era casi incomprensible, del todo vano intentar explicar de qué manera el tiempo está construido de sin-tiempo. La frase aún retumbaba en su cabeza, ese poema surgido del azar y del viento, o quizás no el poema completo (acaso se puede hablar de un poema total), sino apenas aquel final inesperado: “Una mujer me duele en todo el cuerpo”, aunque según se ha podido indagar, Borges tiene un poema posterior que se asemeja en algo. El verso Borgiano dice: “Me duele una mujer en todo el cuerpo”, lo inaudito es que el poema, escrito por Borges según las fuentes consultadas, se titula “El amenazado” , seudónimo qué Rogelio Chart siempre usó, no como capricho en el sentido de ciertos escritores románticos, sino por conservar su vida.

II

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El poema está transcrito (quizás se pueda decir originalmente), pero con todos estos eventos el origen es imposible de situar hacia atrás o hacia adelante. Pero de las múltiples versiones que escribió y sigue escribiendo antes de cumplirle su cita a la muerte, conservó uno fechado 24 de agosto de 1880.

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El amor es. Tendré que huir o que ocultarme.

Los muros de su cárcel crecen, atroz, como en un sueño.

Ha cambiado la hermosa máscara, pero es la única como siempre.

¿Mis talismanes, de qué me servirán: de las letras el ejercicio,

la erudición vaga, el aprendizaje de las palabras para cantar sus mares

y sus espadas que usó el áspero Norte, la amistad serena,

de la biblioteca las galerías, las comunes cosas,

los hábitos, de mi madre el joven amor, la militar sombra de

mis muertos, la intemporal noche, del sueño el sabor?

No estar contigo o estar contigo es de mi tiempo la medida.

sobre la fuente ya el cántaro se quiebra, a la voz del ave

ya el hombre se levanta, los que miran por

las ventanas ya se han oscurecido,

pero no ha traído la paz la sombra.

Ya lo sé, el amor es: el alivio y la ansiedad de oír tu voz,

La memoria y la espera, en lo sucesivo el horror de vivir.

El amor es con sus mitologías, con sus inútiles pequeñas magias.

Una esquina hay por la que a pasar no me atrevo.

Ya me cercan los ejércitos, las hordas.

(Es irreal esta habitación; no la ha visto ella.)

Me delata el nombre de una mujer.
Una mujer me duele en todo el cuerpo.

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El amenazado (24 agosto-1880)

III

Creo que con la participación de el discípulo de Rogelio se podrán obtener datos muy valiosos que permitan descifrar el misterio. Ya visité un blog que él creo con el fin de publicar parte de la obra del maestro. Decidió elegir el anonimato, cosa que entiendo, sé de los riesgos que su labor ( y la mía, por supuesto) implican. Gracias a los documentos que heredó, ya nos dio a conocer parte de las "Sentencias" sobre las cuales había escuchado pero hasta ahora no había podido acceder. Si alguien más tiene la fortuna de poseer parte de la obra del maestro, lo invito a hacerla pública, esto será en bien de la humanidad y un acto de justicia con el autor.