De tu miedo nace mi piel
Y se desgaja el gesto
De la mañana entre las cumbres.
Tu piel como la miel que adorna
La cúpula inmortal de las abejas
Nace cada tarde.
Adicto eterno
Al vaivén de tus acuosos ojos
Me despierto frente al espejo cotidiano
Y busco tu mirada.
Mi piel extiende sus ramales
Por los rizomas de la tuya
Y cae a través de los oscuros ribetes
De la noche.
Y se desgaja el gesto
De la mañana entre las cumbres.
Tu piel como la miel que adorna
La cúpula inmortal de las abejas
Nace cada tarde.
Adicto eterno
Al vaivén de tus acuosos ojos
Me despierto frente al espejo cotidiano
Y busco tu mirada.
Mi piel extiende sus ramales
Por los rizomas de la tuya
Y cae a través de los oscuros ribetes
De la noche.
3 comentarios:
Oda a tu poesía!
Un fuerte abrazo compañero.
M.
La mejor de las adicciones. Abrazos.
Magnífico, amigo. La noche siempre te extiende, y te despierta. Abrazos maestro.
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