A veces el fuego no consume todo
Y en sus rescoldos titila el polen de la angustia,
A veces es preferible la estocada
A la frágil mano alimentando un sueño.
Hay días en que los cobradores de melancolías
Se ensañan contra tu alma
Y te acechan en las esquinas
Para recaudar con sus puñales.
Cuando el sol enfría los huesos
Y debajo de las piedras duerme el lamento de la pérdida
Los caminos se bifurcan y crece el miedo.
Todos estamos presos de la esperanza
Que palpita entre los restos de la incertidumbre,
Por eso es necesario des-creerlo todo
Para transitar el libre destino de los dioses.
Julio 5-2012
2 comentarios:
Un fuego que quema y arde entre los versos. Abrazos.
Es sencillamente maravilloso tu decir!
Y se dice por ahí que la poesía desfallece... es que aún no han leído tus versos.
Encuentro unas imágenes extraordinarias, para decir la nostalgia que se cobra una madrugada.
Saludos!
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