jueves, septiembre 26, 2013

LA CALLE



In memoria de María del Pilar Gamboa muerta en un accidente de tránsito el mismo día que escribí este poema.

La calle, la multitud
El estupor, la sorpresa
Nada se puede hilar en el momento

La calle, la multitud
Su cadáver expuesto al sol
Nadie ha vencido el tiempo

La calle, la multitud
El aletazo certero de la ausencia
Ningún rostro yuxtapone las angustias

La calle, la multitud
La sangre derramada se reseca
Se pierde el sentido de la lucha

La calle, la multitud
El instrumento de la muerte
Marcando el final de su sendero

La calle, la multitud
 Y yo tan solo contemplando tu cadáver
Como una hoja trasgredida por el viento

La calle seguirá en su deterioro
La multitud ya no estará mañana
Solo tu ausencia se anida
Como una burbuja en mi garganta

Septiembre 26/2007
                                     

martes, septiembre 24, 2013

LAMENTO NOCTURNO























¿Le has preguntado al viento

El color de mis augurios?

En las noches, cuando el párpado declina,

Y la confusión extiende su enorme sábana

Sobre mi piel ausente de caricias,

De la profundidad ósea regurgita un lamento

Que trae las tonadas del misterio

Contrayendo mis palabras.

Y tu rostro tranquilo contra la almohada

Se refugia al compás de los duendes de la música,

Y quizás tus alados pies cual mariposas

Revoletean en los espirales de la dicha.

Pero a tu costado izquierdo, junto a tu cama,

Un cuerpo se descompone al vaivén de los segundos

Mientras el mundo pedalea a toda prisa

Para ascender al montículo de sus escombros.

¿Cómo puede alguien dormir pausadamente

Mientras la muerte recoge su cosecha?

Cuesta demasiado aceptar

Que somos la ración en medio de la hambruna.

Mi cuerpo será alimento de tu soledad, luego desecho.

martes, septiembre 10, 2013

QUÉDATE ENCIMA



















Quédate encima

El instante perfecto para recomponer el mundo,

El segundo vital

Para dejar de mirar al cielo

En busca de lo escindido en lo terrestre.

Quédate perpendicular a mi deseo

Como esa hoja que cae del árbol

Presintiendo en el suelo la huella del éxtasis.

Déjame atrapar en las manos

El follaje de tu saliva

Que recorre hacia el sur

El sendero donde antes

Pastearon los antiguos dioses.

Quédate un instante para poder entender

El lenguaje de la eternidad

Y descargar en tu cintura

La pesada carga

De existir en un tiempo

Vaciado de caricias.