El color de mis augurios?
En las noches, cuando el párpado declina,
Y la confusión extiende su enorme sábana
Sobre mi piel ausente de caricias,
De la profundidad ósea regurgita un lamento
Que trae las tonadas del misterio
Contrayendo mis palabras.
Y tu rostro tranquilo contra la almohada
Se refugia al compás de los duendes de la música,
Y quizás tus alados pies cual mariposas
Revoletean en los espirales de la dicha.
Pero a tu costado izquierdo, junto a tu cama,
Un cuerpo se descompone al vaivén de los segundos
Mientras el mundo pedalea a toda prisa
Para ascender al montículo de sus escombros.
¿Cómo puede alguien dormir pausadamente
Mientras la muerte recoge su cosecha?
Cuesta demasiado aceptar
Que somos la ración en medio de la hambruna.
Mi cuerpo será alimento de tu soledad, luego desecho.
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