lunes, octubre 26, 2015

NUESTRO AMOR NACIÓ EN LOS PARQUES






















Nuestro amor nació en los parques
Al ritmo de la hojas caídas,
Acompañado del murmullo de las bancas.
Se fue alimentando de suspiros,
De la savia amarilla de las tardes
Y el sopor frío de las madrugadas.
Nuestro amor adquirió la forma
De las lentas despedidas,
Y los saborizados besos a mentol.
Se aferró a las pantallas en los cinemas,
Al agridulce sabor de palomitas
Y gaseosas importadas.
Nuestro amor recorrió las calles
Sin prestar atención a la muchedumbre
Y sus afanes,
Evadió las pancartas y los anuncios
Y se refugió en bares y moteles
A esperar la calma de los festivos.
Nuestro amor desayunaba cortometrajes,
Almorzaba cine-arte
Y cenaba con vino tibio azucarado.
Se fue robusteciendo hasta que ya no cupo
En la estrecha habitación
Llena de libros.
Un día nuestro amor se mudó a un edificio,
Cambió las cortinas,
Colgó una hamaca repleta de atardeceres,
Ordenó la biblioteca de los sueños
Y clavó una puntilla para guarnecer nuestra guitarra.
Limpió los rincones,
Adornó las paredes con recuerdos ambidiestros,
Hizo la cama y la deshizo tantas veces
Que es imposible calcular las contorsiones.
Nuestro amor, hecho de ciudad,
Le debe su constancia a esos lugares
Y reclama a grito seco
Más parques, más moteles, más bares, más calles silenciosas:
Será la única manera de evitar
Que el amor envejezca y muera.

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