miércoles, agosto 26, 2020

UN CEMENTERIO DE PALABRAS

 

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Docente Universidad del Tolima

 

Al territorio de mis sueños ingresó un anciano de sombrero raído.

Me dijo que el vocablo Paz -como ese sueño-, era indispensable.

Luego me invitó a tener prudencia

Porque la palabra Paz, dijo, está construida

Sobre un cementerio de palabras.

Si miras detenidamente, debajo de su altivez,

Encontrarás el despojo de otros sueños, en otros tiempos.

 

Apenas quedan restos de la palabra Justicia,

Traspasada por una bayoneta en aquella época

De jinetes iracundos invadiendo las montañas.

 

La palabra Equidad fue devorada en un festín de avaros

Hace ya muchos siglos. Cuentan que llevaban una bandera

Con muchas estrellas en sus chaquetas de guerra.

 

La palabra Humanidad fue declarada muerta en el siglo XX,

El mismo día cuando sobre Hiroshima llovía fuego

Y en nuestros campos florecía el primer plantío de cadáveres.

 

La palabra Solidaridad fue hurtada la noche del incendio

Y nadie la ha vuelto a ver. Los que vestían de rojo dicen

Que fue asesinada por los que vestían de azul, y viceversa.

 

Algunos aseguran que la palabra Solidaridad es un espanto

Y de noche gime con la nostalgia del destierro.

 

La palabra Grito enmudeció y fue enterrada viva.

 

La palabra Democracia nunca existió, sólo es un mito

Creado por los soñadores. No hay vestigios en estas tierras

De una presencia real de su concepto. Quizás sea un alma en pena.

 

La palabra Nosotros fue descuartizada. Sus pedazos fueron esparcidos

Por los buitres de la desolación, en varias plazas públicas,

Para escarmiento de las generaciones egoístas que luego poblaron las ciudades.

 

La palabra Amor fue hurtada de los diccionarios populares

Y se trasladó a un púlpito desde donde predica otras formas de venganza.

Fue despojada de su vestido y acicalada como las rameras de Occidente.

Ahora sólo pueden verla quienes tengan la ofrenda para asistir a su espectáculo

O la sumisión para aceptar una guillotina sobre sus cabezas.

 

La palabra Libertad murió en presidio, después de una larga agonía.

Dicen que antes de expirar lanzó al cielo un grito profundo con su nombre.

Si agudizas el oído, en las noches escucharás su eco retumbando las cordilleras.

 

Como aquellos son muchos más los vocablos enterrados,

Por eso la palabra Paz está erguida

Sobre un cementerio de palabras.


El viejo me dijo, antes de continuar su camino por el sendero agreste de los sueños,

Que sólo cuando a la palabra Paz le sea permitido germinar en otras palabras,

Podremos hacer una fiesta de resurrección y empezar de nuevo.


3 comentarios:

ACADEMICUN TOLIMA dijo...

Bello poema, que visibiliza los frutos languidos de la indiferencia.....

Yenny Peña dijo...

Un poema real, la humanidad sueña una paz que sucumbe ante tanta hostilidad que deshumaniza el hombre y lo mantiene en la indiferencia

Unknown dijo...

Un cementerio de Palabras que gritan a viva voz... Querer vivir.