El ejercicio devánico de creación poética produjo una acojida interesante entre los visitantes de este blog e incluso la llegada de nuevos interlocutores de la sensibilidad. Se publican entonces los trabajos recibidos, aclarando que no sólo se recibieron textos poéticos, sino relatos y prosa poética. No están titulados porque la mayoría los participantes no lo hicieron y se trascriben según el orden de llegada. Tal vez lleguen más propuestas en lso siguientes días, los cuales serán incluido luego. I
El cortejo de espuma que voraz acompaña en la lejana soledad del horizonte los funerales del verano, acecha los sueños en desorden de la sombra de la noche, cuando un sorbo del vaso de leche observando a lo lejos el acantilado hace que sienta el salto del pez en el agua.
NOA
II
En la herida del mar, yo. Mechón de leche espuma, pez del milagro, áurea pasión delicada, carne de agua arrebatada, rastro fugaz de todas las ausencias, abandonada al hambre, estrecha noche fiera. Tu, vagabundo con la polaroid cercando el horizonte en un cortejo de sueños de una puerta giratoria, ancho misterio, torbellino en brazos del silencio.
A qué has venido, soledad? tal vez no baste la memoria voraz que engulle en la sombra. Impostor dios que se mofa en actitud impía, en el desorden de una noche de filosa lejanía.
Decepciónate... que al volver el verano se anuncian los funerales de la misma muerte, de los miedos que giran injustificados en torno nuestro, meciendo –y no sé cómo- hogueras, exilios, hechizos e impedimentos, con la misma cara obscena de engañoso pensamiento.
Por qué quedarse, soledad, risco, acantilado, precipicio... Que vivo prepotente en la quietud del bullicio y no sé restarle sueños al olvido en las napas del silencio.
UMA
III
En silencio, en soledad... convertida en una sombra de lo que un día fui, estoy ahí... parada en el acantilado rocoso donde se estrella el mar con su espuma color leche.
Mi pecho ya no alberga los sueños de juventud que un día tuve... el desorden, la locura y el velo de la noche se transforman en testigo de esta ansiedad voraz de dormir por siempre.
Los colores del verano han desaparecido... ya no son míos Mi horizonte me revela el paso mortal hacia mi libertad...
Y mientras recibo el abrazo del agua y me convierto en pez, nado hacia la lejanía, hacia la eternidad para no tener recuerdos del cortejo que acompaña los funerales de mi alma.
BETTINA PERRONI
IV
Viene tu Sombra nuevamente… trepando por el Acantilado de mi desorden... atrás, los funerales del olvido se confunden con mi noche... Los sueños inventados se pierden con éste verano enajenado... Me pesa tu Lejanía, encendiendo el reclamo voraz de mis silencios... Me vuelvo horizonte de tus ganas, soledad de tus deseos, aguabendita a tus pecados, marrevuelto a tus pasiones... Voy a permitirte el últimocortejo... por el capricho insolente... de atrapar tu pez dorado... cubierto de la espumaamarga... que derramas en tu leche... Después... te tiraré al olvido.
CIELOAZZUL
V
Desde el acantilado de los sueños fuimos batiente agua de mar, recuperada esencia de leche maternal que el loco amor concede, sombra de soledad que al horizonte rescató del desorden de los mares. Fuimos el pez herido que desde la memoria fue despidiendo olas, renunciando a presenciar sumiso o resignado bodas y funerales. Ahora, presente en el cortejo de vencidos que tristes y atrapados en la noche sienten en sus entrañas melancólicas que el tiempo del insomnio se ha mostrado trayendo lejanía bordada en el recuerdo, me siento, lejos de aquel verano apasionado en el que con las copas de la dicha brindábamos felices y en espuma voraz nos transformábamos
ROBIN
VI
SOLEDAD palavra maldita palavra de marinheiros que no mar deixavam de mirar terra... leche/leite de desenconaros em horizontes desencontrados com espuma de querer viver de uma forma voraz...
MIXTU
VII
La comencé cortejando una noche de verano. Mi mente se llenaba de sueños, como verla madre de mis hijos. Pero la sombra de la soledad mataba la ilusión. Llegamos a un acantilado, el mar que cobijaba la espuma y a desordenados peces, estaba como una taza de leche. Quise espantar la voraz soledad que me embargo, y con ayuda del horizonte la abrace como nunca, intentando disminuir la lejanía. Ella quitó mis brazos de su cintura y bruscamente se lanzó al agua, comprendiendo que se acercaban los funerales de su soltería.
ESMERALDA
VIII
A gatas dentro del cortejo... a gatas las lágrimas se derrumban directas al acantilado donde todos tus sueños se han vuelto la sombra de mi exquisita lejanía. A gatas me trago la soledad, hecha un mar profundo y calmo, un mar de leche, vertiéndose en el horizonte, eximiendo a la espuma rabiosa de tu boca voraz y al agua turbia de mis piernas. Me escurro hecha pez delante de estas gentes llorosas en quienes ha depositado la noche, el dolor de nuestros funerales y a gatas te rememoro en el este duelo, con las manos enterradas en la imagen de nuestros fríos veranos, pues ya no queda más que el desorden de tu cabello maldito y mis lágrimas abajo, abajo.
VALENTINA
IX
La piel se quema en funerales eternos, la noche derrite los cuerpos, y mis ojos, mirando hacia el acantilado, acarician la locura, reavivan el pez que del agua sale y convierte los sueños en una insípida verdad, en la baratija del tacto y el desprecio. Luego,todo el horizonte, el mar y el desorden se vuelven un mismo desprecio, moribundo y loco, que escupe a cuestas su propia leche, su espuma inquisitoria, y que repite como puede las últimas frases que aquel verano le obsequió; la voraz intención de escapar de la soledad fue sólo el vestigio de otro sueño. En la lejanía, la sombra lo llama, ese cortejo valió más que la calma, y la ausencia fue muerte, como si fuese la última palabra.
SANTIAGO
X
En el horizonte de las horas, esperé los funerales del día que bajaban por el acantilado de la noche. Los sueños dejaron de ser y se convirtieron en una sombra desteñida que se reflejó en el mar del silencio. Todo era desorden, en el verano, el agua se marchó con su mochila al hombro, tras el pez ahogado que lloraba en silencio, sobre un pastizal desnudo. En la ausencia y lejanía de las palabras, todo era soledad y nostalgia: voraz el tiempo seducía al verbo, con un cortejo de vocablos y letras absurdas, convertidas en espuma de mutismos. ¡No se puede llorar sobre la leche derramada!
ENIGMÁTICA
XI
Buscando entre el desorden, Allanando la lejanía del mar, Nacieron funerales, risas, sombras. Nada, simplemente nada. ¡Se ruega cortejo fúnebre!, Para un desdichado pez. Ya nada caía, Ya nada nadaba. Nada. En la lejanía se ve venir, Como leche de una madre, Un derroche de espuma, Allende el horizonte. Ya nada nadaba. Ya todo estaba en calma. Sueños que se pudrieron. Fue por un verano inconsciente, Fue por una noche extensa, Fue por un voraz llanto. La culpa la tuvo el acantilado: Fue él quien no supo de muerte. El agua se llenó de soledad.
LILITH IREUL
XII
Lleva el cortejo hasta el horizonte, Tocando el fondo de un mar en calma, Mi soledad hundida en el agua donde el pez en la espuma se esconde.
Dota a mis sueños la lejanía De ese verano en que sí te quise, De mi desorden en la hora triste De la caricia en la despedida.
Me asomo herido al acantilado, Bebiendo leche amarga de olvido, De los recuerdos de tu vestido Entre la voraz hambre de mis manos.
Espero quieto aguardando el broche; Sentado solo el viento me mece donde siempre mi sombra se acrece en los funerales de la noche.
MAIK PIMIENTA
XIII
Quedó en la lejanía aquella noche de verano, recuerda entre sueños haber visto su sombra en la ventana, entonces suplicó volver a verlo por la mañana. Un voraz fuego fue consumiendo la imagen que de él le quedaba, en los oídos de ella aún quedan grabadas sus palabras, y en su cuerpo la soledad se quebranta.Confuso desorden, inolvidable horizonte.Ella, esperó sentada a orillas del mar que el agua trajera la espuma y que con esta dibujara su nombre.Quimera de esperanza, ojalá despertara de esa cama y la abrazara.Ella ingenuamente espero que nunca la olvidara.El cortejo se hizo eterno, derroche de lágrimas y de recuerdos.Los funerales los sufren los vivos y lo celebran los muertos.Ella toma su café con leche, ya tibio, el llavero con forma de pez quedó colgando de la puerta. Afligida entre lamentos y gemidos, observa como su vida se desarma y cae desde un acantilado al vacío, al silencio, pues ya nada tiene sentido.
AGUS
XIV
Espero el cortejo de mi amor y no en sueños,en la lejanía aprecio su sombra por el acantilado.Hago honor a los funeralespor mi soledad y el desorden de un verano voraz me trae ilusiones con la espuma del mar, blancas como la leche y en el horizonte la noche cae como se zambulle el pez en el agua.
REBEL
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