Soy un hombre desgastado por el bullicio y la anormalidad de los días. La cotidianidad me abruma. El oficio doloroso de los días repetidos me han convirtiendo en una bodega repleta de objetos inútiles. Mi inventario se limita a los siguientes superfluos elementos:
- Una insensible guitarra inundada de arañas vegetales.
 - Varios poemas escritos bajo la incertidumbre de lo inédito
 - Un proyecto de novela cuyo único mérito es el título
 - Una colección de CD piratas que me recuerdan las mejores horas de la noche
 - Unos calcetines sucios y tres jean sangrantes
 - Una numerosa familia que aletarga mi cotidianidad y que me recuerdan lo duro que es reír en este tiempo de mercaderes.
 - Algunos amigos con quienes intento no atragantarme de soledad
 - Una página en blanco y muchas palabras que no la seducen
 
Todo lo demás sobra.
2 comentarios:
además tienes deseos oniricos juveniles, nunca lo olvidez.
Buena, Carlos. Tus Devaneos tendrán nuevos recorridos. Que ruede la bola...
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