Creo que existe un comportamiento anormal en la forma como se realiza el juzgamiento del «otro». Siempre las virtudes, los aciertos, las bondades y todo cuánto se equipare tiende a ser ignorado, desconocido u olvidado rápidamente. El inventario del olvido se construye con estas cosas. Por su parte los errores se convierten en emblemas, en recuerdos eternizados que no se pueden borrar porque implica resaltarle a ese «otro» su condición de ineficiencia.
En las empresas, por ejemplo, un error es objeto de memorandos, sanciones y hasta despidos; pero 99 aciertos son vistos como sucesos normales, gafes del oficio y por lo tanto no son objeto de felicitaciones, aplausos o cualquier rasgo meritorio. Igual sucede en otros sustratos sociales como la familia, en donde el error de alguno de los integrantes siempre será sobre-dimensionado a la luz del buen jucicio (?)
Sin embargo, existe una extraña divergencia de éstos jucios cuando nos referimos a la política. Olvidamos los errores y sobredimensionamos los aciertos, para con ello perpetuar el estado anómalo de las cosas. ¿Qué ocurriría si le aplicáramos los estándares de eficencia a la gestión de un alcalde, un gobernador o un presidente? El buen jucio dice que muy pocas veces tendríamos balance positivo. Pero la mayoría tiende a creer que porque un gobernante pavimentó una calle se le debe aplaudir ¿Acaso no fue nombrado para ello? Si el presidente viaja a Buenaventura a entregar subisdios para los afectados por un derrumbe ¿Por qué es visto como un dios? ¿Acaso el sueldo suyo no justifica tal labor? Esta disertación me recordó esa frase, patética por cierto, que encarna nuestro pensamiento político, que pronto debemos transformar:
Este roba como todos.,. pero al menos hace algo!!!!
En las empresas, por ejemplo, un error es objeto de memorandos, sanciones y hasta despidos; pero 99 aciertos son vistos como sucesos normales, gafes del oficio y por lo tanto no son objeto de felicitaciones, aplausos o cualquier rasgo meritorio. Igual sucede en otros sustratos sociales como la familia, en donde el error de alguno de los integrantes siempre será sobre-dimensionado a la luz del buen jucicio (?)
Sin embargo, existe una extraña divergencia de éstos jucios cuando nos referimos a la política. Olvidamos los errores y sobredimensionamos los aciertos, para con ello perpetuar el estado anómalo de las cosas. ¿Qué ocurriría si le aplicáramos los estándares de eficencia a la gestión de un alcalde, un gobernador o un presidente? El buen jucio dice que muy pocas veces tendríamos balance positivo. Pero la mayoría tiende a creer que porque un gobernante pavimentó una calle se le debe aplaudir ¿Acaso no fue nombrado para ello? Si el presidente viaja a Buenaventura a entregar subisdios para los afectados por un derrumbe ¿Por qué es visto como un dios? ¿Acaso el sueldo suyo no justifica tal labor? Esta disertación me recordó esa frase, patética por cierto, que encarna nuestro pensamiento político, que pronto debemos transformar:
Este roba como todos.,. pero al menos hace algo!!!!
12 comentarios:
mmm Carlos es verdad, y tu frase me ha recordado la expresión repetida después de que la selección de mi país (México) perdió en octavos de final contra Argentina...
" Jugaron como NUNCA y perdieron como SIEMPRE..."
y vaya, ahora que te leo lo tomo un poco de consuelo, que durante todo el ciclo escolar me he aplicado como nunca y al final he cometido un error de dedo en un documento y no te cuento la que se me ha armado!!!
ays:(
besos pues:)
El tema de las relaciones, de como nos relacionamos con un par o con un superior, se resume en nuestra forma de ver el mundo.
Muchas veces juzgamos al otro para zafar de nuestros propios errores, lo de la paja en el ojo ajeno serìa.
En cuestiones polìticas todo es un absurdo.
Un abrazo Carlos, un placer leerlo acà y allà.
GRACIAS POR TU VISITA Y COMENTARIO PLAGADO DE EMOCIONES Y CLARAS IDEAS. TE LEERE CON EL RESPETO QUE MERECES CUANDO TENGA EL TIEMPO QUE REQUIERE UN POST DE TU ENVERGADURA.
principio de mediocridad. que fatal!
saludos!
Cieloazul:los maestros si que saben hacer uso del ENORME ERROR, ellos resaltan con "rojo" las equivocaciones...
Uma: En cuestiones políticas más vale tener a la mano un detector de absurdos, porque sí que abundan..
Contemporánea: me alegra verte por estos sitios del devaneo...tómate tu tiempo
Antoinette: Yo más bien diría !Qué real!
Saludos a todas y estaremos en contacto
Querido Carlos:
Que buena tu reflexión.
Es verdad lo de "al menos hace"-
Lo padecemos en todo latinoamerica eso°!
Respecto a los ERRORES yo pensaba ... Si somos tan injustos con nosotros mismos es lógico que no podamos ver a los demás desde sus cualidades,no?
Respecto a lo laboral es cierto. Yo en mi empresa soy un NUMERO. Cuando esta ALTO nadie me dice nada y cuando el numero es BAJO me torturan.
Gracias por tus bellisimas palabras en mi blog. Besos muchos!
Badanita: Claro, esa puede ser una carga que soportamos, si no tenemos tiempo, ni espacio para ver lo mejor de nosotros mismos ¿cómo lo haremos con lo mejor de los demás? creo que utilizaré esta idea para otros post...gracias
Carlos, precisamente en eso estaba pensando... en el porcentaje de aciertos y errores que últimamente existe en la política de mi pais. En estos momentos estamos en "jaque"... indecisión, ¿que pasará?, ¿quien ganará?... los aciertos y errores son los que nos están marcando la pauta para poder elegir... espero que no nos equivoquemos porque el costo de la factura sería muy elevada... robar o no robar, trabajar o no... será que nisiquiera exista el noble pensamiento de desear un mejor futuro para el pais?... Ya te contaré que pasa
Saluditos, :)
Bettina: la situación mexicana es interesante de compartir, esa es una manera de construir una visión diferente de latinoamerica...esperaré
Saludos
Señor Rutinante: Para los demócratas y humanistas, lo s errores son formativos, significan la posibilidad de mejorar y proponer nuevas salidas a un problema. Sin embargo, es improcedente pedirle tanto a “organizaciones” llamasen empresas o/y universidades”, sobre manera cuando la estructura o la medula espinal fue construida sobre los cimientos de una mentalidad autoritaria, clásica y vertical… Cosa distinta, con la tradición insertada en la sociedad consumista, eso que llama culturalmente corrupción, que campea por debajo y encima de las instituciones del estado y sin estado. Esa tendencia de hacer volumen "personal" con los dineros públicos, o sacar pecho y recibir flores por labores sociales de obligatoriedad, es más bien una tendencia que se ha vuelto costumbre, y a eso es casi imposible trazarle valoraciones de aciertos o errores. Sin embargo, como los humanistas existen a pesar del contexto, entonces, solamente quedará fortalecer la sociedad civil y sus organizaciones sociales, para que sean las fiscalizadoras directas de cualquier proceso político…
pff.. eso es damasiado común, sucede, y el problemas de esto es que genera personas infelices o banales.. o ambas juntas.. que espanto.
Un buen comentario.. ue hace mucho tiempo no leia o escuchaba.
Salmón: Estoy de acuerdo con su final de comentario, y aclaro que cuando me refiero a empresa no tenía ni la más mínima intención de equipararla a la universidad, así ésta se comporte a veces como tal...
lilith: que monstruosidad de seres infelices y banales ¿no es lo mismo?
Saludos
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