lunes, agosto 27, 2007

EL REENCUENTRO


Cual hombre lobo perdido en los suburbios de una ciudad fantasmagórica, a las tres la mañana y con el sopor de una ebriedad latente pienso que llegar a tu regazo puede ser un lenitivo. Entonces emprendo el sendero hacia tu lecho. Esquivo faroles titilantes que aún soportan el frío, resguardados en el recuerdo de un tiempo añejo. Volteo esquinas sin presentir el puñal que se blande en lo oscuro. Me abrigo con mis brazos para contrariar el inclemente helaje que hace crepitar los ventanales. En los andenes observo los desposeídos titiritando su miseria y soñando los deseos de la obtención. Ahora me siento un poco miserable, tengo más que ellos y voy errabundo deseando…
.
La esquina de tu apartamento se aproxima al foco de mi mirada y tengo dudas. Miedo tal vez a encontrar aquel sillón vacío, a mirarme en el espejo y no ver tu rostro, a contar los calendarios de la ausencia y obtener el déficit de mi existencia. Tal vez vuelva a escuchar aquel LP de Sabina, el mismo que me regalaste un día después de encontrarte en la inmensa ciudad. El mismo tema que escuchamos esa madrugada, ebrios de licor y de besos, mientras te desnudaba junto al ascensor. Y luego preguntaré como Sabina: ¿Quién me ha robado el mes de abril?, y sólo el rumor de un eco quejumbrosos que se pierde en cada recoveco de la habitación me recordará que aún respiro. Tal vez sea mejor drogarme con la madrugada y dejarme morder la yugular por los vampiros de la modernidad y así olvidarme de tus calcetines, de tus toallas húmedas sobre la cabeza, de tus regaños por dejar el lavamanos cubierto de vellos, de tus dientes oliendo a deseo, de tus senos en mi espalda. En un rincón de algún callejón oscuro podría olvidarte lentamente, al ritmo pausado de los latidos de mi corazón, pero regreso al cuarto y veo la ventana abierta que retrata la ciudad, los cuadros cubiertos de un polvillo picante, los muebles desalineados como cuando llegábamos en las madrugadas de los sábados y los hacíamos testigos de las múltiples formas del sexo y el deseo.

Entonces pienso que tenía que llegar aquí, volver a sentir esa aroma penetrante de tus menstruaciones. Volver a palpar tu espalda húmeda en las tarde de agosto bajo el calor tropical. Recapturar tus susurros de “hazme tuya cien veces más”, mientras jadeante trataba de domar mi cansancio de hombre satisfecho. Tenía que retornar al vórtice, como un cuervo que regresa a sus orígenes para descubrir que es cierto, que ella ya no está, que su rastro es niebla en medio de la penumbra, que la maniaca muerte se la cargó aquella noche. Tenía que regresar aquí para entender que mi deber es ir a buscarla en su nueva morada, por eso abro la ventana y contemplo por última vez la ciudad, la calle desolada, el viento frío, el pavimento voraz que pronto me recibirá.


Agosto 24-2007
..........................
EL CONCURSO DE POESÍA, MODALIDAD SONETO, SIGUE ABIERTO. LAS BASES AQUÍ:

viernes, agosto 24, 2007

MIRADA

Llega el momento
en que uno ya no es uno
sino la suma de todo
lo que nunca ha sido

viernes, agosto 17, 2007

AMOR CARNAL


Amor carnal de siete noches
perfección de la impureza,
tus venas han sentido recorrer
el veneno de las horas....

Densa madrugada de mendigo,
puntapié contra el cerebro,
aquello que llamaron asco
ha sido lo más dulce de tus besos.

Negras las caricias, violetas experiencias.
El amor no sólo es flor.
Es un murciélago.

¿Por qué escapaste reina impura?
Como degustaba tus venenos...
Amor espiritual.

miércoles, agosto 15, 2007

ARTE O PORNOGRAFÍA



¿EXISTE UNA DELGADA LÍNEA ENTRE ARTE ERÓTICO Y PORNOGRAFÍA? JUZGUEN USTEDES. ES ARTE..O NO LO ES... ?
----------------------------------------------------------------------------------------------
EL CONCURSO DE POESÍA, MODALIDAD SONETO, SIGUE ABIERTO. LAS BASES AQUÍ: http://devaneosparasietenoches.blogspot.com/2007/07/primer-concurso-internacional-de.html.

viernes, agosto 10, 2007

ERROR ORTOGRÁFICO


Todo ocurrió de repente. El hombre de la izquierda se levantó y el sonido cruzó el aire. El hombre de la derecha algo vociferó, pero cayó de espaldas y un charco de sangre fue bullendo bajo su cabeza.

Durante el juicio, el hombre de la izquierda, el que primero disparó, justificó su acción:

- Él juraba –dijo refiriéndose al occiso- que la palabra se escribía con Z y yo estoy seguro que la palabra se escribe con S.

- ¿Cuál palabra? Preguntó el juez

- Pues la palabra “Pas”, ¿o es paz…?
-------------------------------------------------------------------------------------------
EL CONCURSO DE POESÍA, MODALIDAD SONETO, SIGUE ABIERTO. LAS BASES AQUÍ: http://devaneosparasietenoches.blogspot.com/2007/07/primer-concurso-internacional-de.html.

lunes, agosto 06, 2007

SOFISMA

EL CONCURSO DE POESÍA, MODALIDAD SONETO, SIGUE ABIERTO. LAS BASES AQUÍ: http://devaneosparasietenoches.blogspot.com/2007/07/primer-concurso-internacional-de.html.



Según datos históricos, lo que no significa verídicos, en 1954 se emitió la primera señal televisiva en Colombia y lo que procederé a contar sucedió más o menos en 1980, año más, año menos. Casi 30 años después. Vivíamos en una especie de lugar suburbano, a unos dos kilómetros de lo más parecido a un barrio propio de la ciudad y para un niño como lo era entonces, dos kilómetros son mucha distancia y la palabra ciudad un encantamiento.

No recuerdo bien cómo descubrí la magia de la televisión, pero sí mi primera impresión (alienación dirán algunos cuyo prejuicio traspasa el tiempo) Recuerdo que bien entrada la noche, por un canal nacional emitían un programa cuyo título debió ser “El cazador nocturno”. Una historia detectivesca, con crímenes sin resolver y con una detective hermosa de por medio. El problema para mí y para mi novato descubrimiento, era que el televisor más cercano se encendía allá, dos kilómetros de mi anclaje. Existían dos caminos para llegar hasta la casa de mis medios primos y así poder disfrutar las escenas nocturnas. El primero era el convencional, una carretera sin pavimentar que tenía quiebres, esquinas y curvas; el segundo un atajo por una potrero cercado en ambos extremos, con algunos relieves bien marcados y pequeños bosquecillos de arbustos espinosos. Esa era mi ruta, la más corta, el atajo.

La serie detectivesca duraba una hora y empezaba a las 10:00 PM. La complicidad de esos primos me permitía suspender la respiración durante ese tiempo y luego salir de nuevo a casa, mientras el aire frío de la noche golpeaba mi rostro. El camino de retorno era lo más ficcional de esta historia. La ruta de regreso tenía a su paso el encantamiento del miedo discursivo de aquella serie, cruzado con el miedo místico de atravesar aquel paraje deformado por las tinieblas nocturnas. Las hondonadas se volvían valles de la muertes y los pequeños arbustos tomaban formas de monstruos no referenciados en los significados de mi mente. Un simple canto de un búho podría ser la tonada maléfica de las brujas que acechaban el camino y un reptil buscando refugio, las pisadas de un duende, la patasola o la madremonte. En aquellos interminables metros de distancia para regresar a la casa descubría el beneplácito del terror y la grandilocuencia de la imaginación. Y aunque sentía un calor reconfortante cuando en medio de la penumbra se dibuja la casona, empezaba a contar las horas para poder regresar la siguiente noche en esa rutina. Después de hacer malabares para que mi madre no se enterara de mis escapadas, lograba meterme en la cama y no conciliaba el sueño hasta después de tratar inútilmente de ponerle rostro a eso seres maléficos que se cruzaban en mi camino. A veces soñaba que la detective de aquella serie televisiva me acompañaba de regreso y me ayudaba a recolectar evidencias y huellas de estos seres que también parecían ser “Cazadores nocturnos” Ahora entiendo aquello como mis primeros ejercicios intertextuales.

Ese recorrido entre mi mundillo real de la casa y el mundo mítico de mis primeros aletazos imaginativos, siempre estuvo unido por el puente mediático de un televisor. Lo importante no era lo que veía, sino no lo que lograba inventar potenciado por el discurso televisivo. Lo importante no era seguir el camino establecido sino el atajo, así se corriera el riesgo de ser “devorado” por alguno de esos seres re-creados. En esto pienso ahora cuando me enfrento a sofisma tan común: “La televisión es enemiga de la pedagogía”.